Parada Díaz no era un
apeadero ferroviario sino una cocheria o casa funeraria que funcionaba en el
barrio de Liniers.
Hoy en su lugar hay
una verdulería, atendida por un argentino, aunque UD. no lo crea y en el portón
de al lado donde antes estaban los féretros hay una casa que vende comida para
mascotas.

Era una cocheria con
vivienda y en ella vivía junto a su esposa Doña Ema y sus cuatro hijos, Nené,
Gloria, Juan Carlos y Jorge.
Yo por edad era amigo
de Jorge ya que siendo chicos íbamos al mismo colegio, teníamos los mismos
amigos y Juan Carlos es el actual cantante de tangos Juan Carlos Gari.
En esa esquina se
juntaban todos los muchachos de la barra para los más grandes, era un punto de reunión. Que
buen tipo Don Garibotto, lo quería todo el barrio. Recuerdo cuando había que
trasladar a algún muerto, los carruajes negros paraban en la plaza, por la
calle Acasusso llegando a Tellier (hoy Lisandro de la Torre).
En el caso que el
fallecido fuese algún niño los mismos eran de color blanco. Realmente
impresionaban. Pero mas me impresionaba cuando entrábamos en la casa de Jorge e
íbamos a ver los cajones, allí sí, el miedo nos superaba pero más nos superaba
la curiosidad.
También tenía un
furgón, para hacer traslados de féretros y no se si de cuerpos. Una noche de
verano, mi amigo me dice, veni que vamos
a dar una vuelta con mi papá y con mi mamá en el furgón.
Parecíamos los Campanelli con el camión atmosférico, para mi sorpresa Don Garibotto tomó por
la General Paz que en ese entonces no tenía los puentes que la cruzan en la
actualidad, así que en horas pico se imaginaran los bolonquis que se armaban…
Pregunto tímidamente
hacia donde íbamos y me dicen vamos hasta el puente de La Noria, yo no tenía
noción de que existiese un lugar llamado así por lo que comencé a imaginar un
puente sobre un río y una noria dando vueltas.
La verdad no llegue a
ver el puente ni nada, era noche cerrada y había neblina. Ellos querían llegar
al camino negro , les puedo asegurar, que ese viaje no lo voy a olvidar nunca,
en un furgón fúnebre, por una avenida general Paz a oscuras, un puente de la
Noria que no vi y un camino negro misterioso.
Y ahora les voy a contar
como llego a escribir esta historia real, hace unas noches atrás salgo con mis
hijos de casa y se me ocurre mirar hacia la esquina porque vi luz. Era la
puerta que esta en la fotografía y después de tantos años caigo en el detalle
de que es una de las únicas puertas
originales que queda en toda la cuadra.
Cuantas veces pase
por allí, cuantas veces fui a comprar a la verdulería o me senté en el descanso
de su vidriera pero nunca me detuve a pensar en esa puerta.
Lo realmente
preocupante es que cuantas veces pasamos por una casa o delante de una persona
y es como si no lo viéramos. Recién tomamos conciencia cuando ya no está más.
Cuando ya es tarde. La verdad tendríamos que hacer como nos dice una famosa
propaganda… tomemos 5 minutos pero no para tomar un té sino para ver lo que nos
rodea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
aqui puedes dejar tu comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.