La calesita de mi barrio

eHay  cosas, tradiciones, que los adelantos tecnológicos van dejando fuera de nuestras vidas, por ejemplo, no eran lo mismo las jugueterías de antes, que las de ahora.
¿Podemos decir  antiguamente?  ¿O debemos decir  hasta hace un tiempo atrás?... es igual, los juegos eran sociales, llevaban lo lúdico en si mismos, nos hacían  compartir con otros chicos e incluso con nuestros padres.

Claro, los que ya tenemos hijos grandes, no nos damos cuenta de esto, hasta que llegan los nietos. Allí notamos el cambio. El día que los llevamos de la mano,cuando recién empiezan a dar sus primeros pasos, no caminan con seguridad pero  ya saben indicarnos señalando con su dedito a donde quieren ir.

Entonces entramos en el quiosco o en la juguetería y  vemos asombrados que lo que nosotros conocíamos ya no está mas.
Cajas multicolores, con sus características escritas en idioma chino o en inglés, detallan  juguetes que llevan baterías o pilas y con precios altísimos, que no cualquier chico puede alcanzar, falta, por poco,  que pongan sus valores en dólares.  Pregunto a la señorita  que nos atiende el porqué de ese precio, me contesta,  sonriente, muy solícita: ``es que es marca Di…..y, es autentica```` Ahhhhhhhhhhh, contesto, bueno, gracias, vamos a seguir mirando``.
De repente mi nieto me muestra un asiento de colores que llama su atención, como  su caja està escrita en chino, no entendemos ni yo ni mi marido que dice y volvemos a preguntar,  la señorita nos dice:`` es para que aprendan a hacer sus necesidades en el inodoro y así dejar los pañales, cuando se sienta hace ruido y cuando  logra hacer caca suena la  melodía ``Para Elisa``, lo cual incentiva al niño``.``aaaaahhhhh,respondo asombrada!!!!!
Seguimos recorriendo la juguetería con un pie adentro y otro afuera. Ya me quiero ir, pero mi nieto, no.
En este momento una nena le muestra a su mamá  una muñequita rubia y delgadita. Bueno pensé, algo normal, ¡una muñeca!, pero no cualquier muñeca, una muy especial, la famosa Barby  la etiqueta nos muestra que es original ,ojo! y el precio, por supuesto... en dólares y también tiene parejita o sea viene  con el novio.
Sorprendido le pregunta m eposo: pero...¿ la nena no  es chiquita para esas cosas?.
 No se crea, me dice la empleada, algunas ya vienen preparadas  para enseñarles a los niños lo que los padres y   abuelos no  pueden explicarles.
A esta altura ya me quiero ir definitivamente pero antes le pregunto ¿no tiene alguna pelota de fútbol de esas de goma? Humm no, me contesta, tenemos una computadora didáctica que les gusta mucho, tenemos el muñeco X man... hasta allí llegue a oír, ya no me acuerdo el resto del nombre pero funcionaba a control remoto, habla en inglés, tiene la bandera de EEUU que sale automáticamente cuando dispara los cohetes a los terroristas y por supuesto se escucha el himno.¿ De Argentina?, pregunto...,ella me responde riéndose `` nooooo, el himno americano``.
Ya cansada le contesto y dígame ¿Argentina en que continente queda?...
Salgo bastante enojada no se si por el himno o por la decepción, camino un par de cuadras, mi nieto llorando y yo sin saber como hacer para que se cálle la boca

Cuando de repente escucho una canción conocida…si era Carlitos Balá!!! cantando que`` Gusto tiene la sal`` y veo como en un espejismo una calesita. Me pregunté ¿será real o es mi imaginación?. Retrocedí en el tiempo y creo que empecé a correr con el nene volando agarrado  de mi mano.
Sí, era real, era una calesita, mi nieto dejó de llorar, compré unos cuantos boletos y me subí con el, ya en la segunda vuelta subieron dos chicos más y en la tercera más y en la cuarta más…
El nene, se reía a carcajadas con la nena de al lado. Quería ir de un caballito a un cochecito y después  a un helicóptero y así iba pasando de lugar en lugar, probando todo lo que la calesita le ofrecía.
¡Que alegría!. Mi nieto contento y yo también.  La calesita, la vieja calesita, aún sin el caballo en el medio que antes la hacia girar,según mi marido, aunque hermosa igual. La magia del calesitero maniobrando la sortija,  los chicos riendo y forcejeando para ganarsela.
El guiño del hombre y la entrega al más chiquito del premio para una vuelta más.

                                                                                                            Edgardo R. Ieraci