En 1845 defender la Soberanía Nacional
significaba obstaculizar los ríos con cadenas para decirle a los imperialistas
y a sus lacayos, NO PASARAN. La Bandera Azul y Blanca, pequeños cañones en las
riberas del Paraná, escasos soldados y gauchos en montonera para impedir los
desembarcos.
Vuelta de obligado es el símbolo pero no fue
solo allí donde se defendió la patria. En cada recodo del río se libraron
combates.
.El 20 de noviembre de 1845 venían por la economía de la Confederación
Argentina con el pretexto de la libre navegación de los ríos y el enojo por los
derechos de aduana que debían pagar.
Las invasiones inglesas, el bloqueo al puerto
de Buenos Aires y finalmente la aventura de internarse por nuestros ríos
interiores fueron las aventuras bélicas pero como dijera Lucio V Mansilla, NO
LO CONSEGUIRÁN IMPUNEMENTE.
Y tronaron los cañones, crujieron las cadenas,
pasaron, pero debieron volverse con la cabeza gacha.
Hoy en el siglo XXl defender la Soberanía
Nacional pasa por otro lado.
Los enemigos siguen siendo los mismos tanto
los imperialistas como los lacayos locales, sus objetivos también, pero las armas para enfrentarlos son otras.
Lo único que no cambia es el patriotismo que
debemos sentir para defender nuestro suelo.
Lo único que no cambia es entender que la
Patria es el pueblo, que sin Pueblo no hay patria, sin pueblo no hay historia,
sin pueblo no hay bandera, sin el pueblo no hay epopeyas dignas de ser
contadas.
Porque estar con el pueblo es sin lugar a
dudas lo mejor que le puede pasar a alguien destinado a regir su destino, sin tejer turbios manejos con la complicidad de la
noche sino a la luz del sol forjar un
futuro mejor basado en un presente mejor.
Eso es defender al pueblo. Eso es defender la
Soberanía Nacional.
¡¡Viva la Patria, carajo!!!
Edgardo R Ieraci
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