lunes, 9 de septiembre de 2019

Como decíamos ayer.....Patria o Colonia



Como decíamos ayer fue una frase atribuida a varios personajes, entre ellos Fray Luis de León y Don Miguel de Unamuno, pero que en definitiva no se sabe, quien fue el que primero la dijo.
Pero hay que los iguala, volver a clase luego de pasar un tiempo en la cárcel. Pero para nosotros en este momento lo mismo da. En el día de mañana podremos retomar el tema de quien fue el autor.
Para mí, sería Como Decía ayer, después de haber dejado este blog por mucho tiempo y distintas causas u haberme puesto a escribir nuevamente. Mucha agua pasó debajo del puente, desde la última vez que lo hice.


Mucha política, mucha grieta social y política y se vienen tiempos que lamentablemente no me animaría a decir que será tiempos de rosas. Si de Rosas. Creo que estamos a punto de definir la batalla de caseros. La divisa punzó por un lado y la celeste por el otro. Igual que en toda nuestra historia latinoamericana. Los independentistas y los colonialistas.
Muchos no entenderán lo que quiero decir, que tendrá que ver la batalla de Caseros y la que se aproxima al mes de octubre, si lo tomamos literalmente, podemos decir los que tomamos partido por la independencia económica,  la justicia social y la Soberanía Política y los que seguirán amando ser colonia.
Como en 1852, año en que se libró la famosa y nefasta batalla, muy cerca donde hoy funciona un pequeño aeródromo low cost precisamente, Los patriotas cuentan con el pueblo y los colonialistas con el poder de EEUU y de los medios hegemónicos.
Pero como dijera Néstor Kirchner…Están Nerviosos y por algo será.
                                                                                                                               Edgardo Ruben Ieraci

Parada Diaz


Parada Díaz no era un apeadero ferroviario sino una cocheria o casa funeraria que funcionaba en el barrio de Liniers.
Hoy en su lugar hay una verdulería, atendida por un argentino, aunque UD. no lo crea y en el portón de al lado donde antes estaban los féretros hay una casa que vende comida para mascotas.
El hombre que estaba al frente de la misma se llamaba Marcelo Garibotto conocido popularmente por  Don Garibotto.
Era una cocheria con vivienda y en ella vivía junto a su esposa Doña Ema y sus cuatro hijos, Nené, Gloria, Juan Carlos y Jorge.
Yo por edad era amigo de Jorge ya que siendo chicos íbamos al mismo colegio, teníamos los mismos amigos y Juan Carlos es el actual cantante de tangos Juan Carlos Gari.
En esa esquina se juntaban todos los muchachos de la barra para  los más grandes, era un punto de reunión. Que buen tipo Don Garibotto, lo quería todo el barrio. Recuerdo cuando había que trasladar a algún muerto, los carruajes negros paraban en la plaza, por la calle Acasusso llegando a Tellier (hoy Lisandro de la Torre).
En el caso que el fallecido fuese algún niño los mismos eran de color blanco. Realmente impresionaban. Pero mas me impresionaba cuando entrábamos en la casa de Jorge e íbamos a ver los cajones, allí sí, el miedo nos superaba pero más nos superaba la curiosidad.
También tenía un furgón, para hacer traslados de féretros y no se si de cuerpos. Una noche de verano, mi amigo me dice, veni que vamos a dar una vuelta con mi papá y con mi mamá en el furgón.
Parecíamos los Campanelli con el camión atmosférico, para mi sorpresa Don Garibotto tomó por la General Paz que en ese entonces no tenía los puentes que la cruzan en la actualidad, así que en horas pico se imaginaran los bolonquis que se armaban…
Pregunto tímidamente hacia donde íbamos y me dicen vamos hasta el puente de La Noria, yo no tenía noción de que existiese un lugar llamado así por lo que comencé a imaginar un puente sobre un río y una noria dando vueltas.
La verdad no llegue a ver el puente ni nada, era noche cerrada y había neblina. Ellos querían llegar al camino negro , les puedo asegurar, que ese viaje no lo voy a olvidar nunca, en un furgón fúnebre, por una avenida general Paz a oscuras, un puente de la Noria que no vi y un camino negro misterioso.
Y ahora les voy a contar como llego a escribir esta historia real, hace unas noches atrás salgo con mis hijos de casa y se me ocurre mirar hacia la esquina porque vi luz. Era la puerta que esta en la fotografía y después de tantos años caigo en el detalle de que es una de las únicas  puertas originales que queda en toda la cuadra.
Cuantas veces pase por allí, cuantas veces fui a comprar a la verdulería o me senté en el descanso de su vidriera pero nunca me detuve a pensar en esa puerta.
Lo realmente preocupante es que cuantas veces pasamos por una casa o delante de una persona y es como si no lo viéramos. Recién tomamos conciencia cuando ya no está más. Cuando ya es tarde. La verdad tendríamos que hacer como nos dice una famosa propaganda… tomemos 5 minutos pero no para tomar un té sino para ver lo que nos rodea.