martes, 25 de octubre de 2011

Pucha que vale la pena estar vivo carajo!!!!! (1)


Esto que van a leer no es un cuento, es una historia pero si hilo finito sería una reflexión basada en la foto por supuesto.
Hace unos días mi hijo me manda por correo electrónico un par de fotos de mi nietito en el jardín de infantes, les puedo asegurar que de el tengo cientas de fotos y me quedo corto, pero esta foto me impactó.
Y se me ocurrió compartir lo que sentí con ustedes. Se preguntaran ¿que hay de extraordinario en que un hijo le mande a su padre las fotos del nietito? Mirándolo así, la verdad no hay nada de extraordinario pues es  normal, es ordinario o sea lo contrario a extraordinario.
Pero aquí es donde entra en juego el poder de la mente, ¿que puede transmitir una foto que le llega a uno desde cualquier lado por medio de un correo electrónico y sacada por alguien desconocido?.
Allí esta la cuestión, la respuesta a lo extraordinario de la situación. Paso a contarles el porque de mi impacto.
Cuando veo la foto, sin proponérmelo, en una milésima de segundo mis pensamientos empiezan a fluir hacia muchas situaciones, como en una exposición de fotografías. ¿Preguntas?, un montón. Por ejemplo: ¿Que siente un abuelo o una abuela cuando un día golpean a la puerta de su casa y presentándole a un muchacho o muchacha de veintipico de años le dicen…. este es su nieto.
Fuerte.no? y si, es fuerte, fortísimo.
O sino pongámoslo al revés cuando a un muchacho o muchacha de veintipicos de años le dicen, mirá estos son tus abuelos, estos son tus tíos, los hermanos de tu papá o de tú mamá y este sos vos cuando eras chiquito junto a tu papá y tu mamá.
Tremendo, cuanta alegría, cuanta emoción, cuanto dolor.
Pienso ¿que sentiría el fotógrafo si supiese la emoción que me dio?. Ser el hacedor de rescatar algo mío, algo que  yo lamentablemente no lo pude vivir por esas cosas de la vida.
Ahora entiendo la tristeza de esos abuelos que se quedaron en Europa cuando sus hijos partieron hacia América para forjarse otra vida y no los volvieron a ver o por otra parte la alegría del reencuentro familiar.
Pero afortunadamente yo puedo disfrutar de mi nieto, de soñar su futuro, aunque la mente, que todo lo puede, en algunas ocasiones me tiñe de luto esos sueños y en otras me los devuelve con una sonrisa, como si me dijera, te lo devuelvo pero no te olvides.
                                                                                                                                               edgardo

(1) el porque del título.
Tomado de la mas famosa frase de una película pues fue lo primero que se me ocurrió y creo no haberme equivocado. Vale la pena estar vivo  no siempre significa estar taxativamente en ese estado corpóreo. Lo veo como una especie de haber trascendido en la vida, de porque pasamos por ella, como decían los chinos: Tener un Hijo, escribir un libro, plantar un árbol.
Pero esto ya es para otra historia. Por ahora creo que alcanza.


domingo, 16 de octubre de 2011

La màquina del tiempo

 
¡¡¡¡El Dodge Polara!!!!! me arrimo a el y lo observo con detenimiento, majestuoso, firme, honorable, decido buscar las llaves y sacarlo a pasear pero antes llamo a la vieja.
Nos subimos a esa impresionante maquina, le doy arranque y en un viaje sin partida la miro a los ojos y es ella, Margarita con sus 19 años, la vuelvo a ver con su pollera tubo color azul Francia y la blusa escote bote de verde esperanza, miro el espejo retrovisor y veo mis ojos grises sin el adorno de los lentes.
Estamos en nuestra primer salida vamos al rosedal, a comer en sus inmensos jardines, si, es Margarita, aquella joven que apenas la vi salir de la casa de la tía Lidia sabia que no me iba abandonar.
 Me siento con fuerza mirando el futuro, proyectando el 21 de septiembre junto a ella, doblamos en la esquina donde nos regalamos el primer y mejor beso de nuestra historia, retomo la avenida que camine varias veces para ir a buscarla, claro está, antes de tener el Polara, que luego la llevó a la iglesia y de ahí directo nos traslado a las sierras cordobesas.
Se terminó el paseo, estaciono, apago el motor y bajamos, nuevamente la observo, allí está ella  con sus 70 y pico de años, camina más lenta, observa con cuidado todo, su belleza en retroceso, mis ojos grises con su corona de lentes bifocales me muestran que el amor se llama Margarita.
                                                                                    Emanuel Gonzalez

jueves, 13 de octubre de 2011

Dicen que Dicen....


La casa misteriosa del barrio que no existe, de un tiempo que se fue. Pudo ser cualquiera, pero era  justamente ese.
 La casa de la cual se cuentan cosas…..
¿Los habitantes?  los que salían a la noche o de la noche no se sabe bien. Usaban lengue a lo malevo y taquito militar. Un facón a la cintura y el cigarro entre los labios.
De vez en cuando un bufoso salía a tomar aire y alguien caía.
Todo de noche, cuando todos duermen, cuando los laburantes duermen, cuando los pibes duermen y solo se escucha como un eco el sonido del pito largo de la ronda de los vigilantes.
A lo lejos un bandoneón llora un tango acompañado por una viola, las magnolias del jardín de la casa de la esquina, esparcen su olor embriagador……..una pareja entra en la casa, se produce un breve silencio y al ratito todo continua como antes….sòlo que una mina llora desconsolada.
Eso es lo que se dice, eso es lo que se habla, hoy sòlo quedan dos ventanas cerradas y detrás de ellas un llanto por las noches.