sábado, 22 de diciembre de 2012

Hacia mucho frío


Hacia mucho frío, pero de todas maneras, había que cumplir con la obligación del censo imperial.
Todas las familias se encaminaban hacia sus ciudades de origen, ricos y pobres sin distinción. Los salteadores de camino estaban a la orden del día. Las pocas hosterías de los pueblos  estaban repletas de viajeros.
Una familia como tantas se dirigía a su pueblo, Belén.
La mujer estaba embarazada por lo cual el esposo la llevaba montada sobre un burro.
Después de varios días, llegan a su destino pero no encuentran lugar donde hospedarse, pero el posadero de una de ellas le da como opción refugiarse en un pesebre para no pasar la noche bajo las estrellas.
El hombre acepta y se encaminan hacia el, el olor a animales descansando les indican el camino. Esa misma noche, la mujer, llamada Maria comienza  sentir contracciones y al rato da a luz a un hermoso bebé.
El padre del recién nacido, junta paja y le hace una precaria cuna, y unos animales se acercan despaciosamente y lo rodean dándole calor con sus cuerpos.
A la madrugada, unos pastores se acercan al lugar, diciendo que se les había presentado un ángel enviado por El Señor. Mas adelante tres reyes magos, provenientes de oriente llegan con regalos para el niño, cuando los padres de la criatura les preguntan como habían llegado hasta allí les cuentan que una estrella les indico el camino.
Quien quiera creer que crea… esa es la historia narrada en los santos evangelios, el nacimiento del niño Jesús.
El futuro hombre que cambiaria el mundo.
Sin violencia, sin temor, dándole a Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar, el que dijo, Amaos los unos a los otros así como yo los amé.
El que este libre de pecado que tire la primer piedra, el que defendió a las prostitutas, el que atacó a los que oprimían al pueblo con escandalosos impuestos diciéndoles, Sepulcros blanqueados por el sol. El que expulsó a los mercaderes del Templo.
El Hombre que marcó el rumbo para una revolución definitiva, la que  cambiará al mundo, cuando entendamos  que una revolución será completa, no cuando una parte se imponga a la otra sino cuando entendamos, que solo el amor persistirá por los siglos de los siglos. Amen.
La letra chica:
. Cuantos mercaderes hay en el templo todavía……..cuantos sepulcros blanqueados por el sol pero que por dentro están podridos……Cuantos toman Su Santo Nombre en vano……Cuantos tiran la primer piedra siendo pecadores……Cuantos mancillan Sus Palabras cuando dijo, Cuidado con escandalizar a los mas pequeños…..Cuantos se cuidan de tocar a un pobre……Cuantos viven y engordan debajo de las cuatro paredes de una iglesia mientras el vecino no tiene para comer……Cuantos dan los que otros dan pero ellos no dan nada de si mismo.
Cuando entendamos esto, el paraíso será la tierra. Dios solamente nos juzgara en el Amor.


jueves, 13 de diciembre de 2012

Solo recuerdo la mano


Gritos, sirenas de patrulleros, corridas, palazos, balas de goma, gente corriendo por todos lados. Todos corrían menos uno.
Parado en medio de la humareda de los gases policiales y de los empellones de los caballos estaba Luciano. La mirada en alto, desafiante. Camisa abierta, de una herida en costado de su cara surgía un manchón de sangre…
La represión le había ganado una batalla a la rebelión.
A la madrugada del otro día, se abre la puerta de la celda de la comisaría 2°  y Luciano acompañado por un agente sale a  la calle. Había recuperado su libertad.
Sucio, cansado y medio embotado comienza a caminar sin rumbo fijo. Sin un mango en el bolsillo no le quedaba otro remedio que caminar o pedir plata para viajar en colectivo.
Aún no había salido el sol pero ya la calle se iba poblando de a poco con gente que salía para su trabajo. Comienzan a pasar los bondis y a cada rato cada vez mas llenos.
Luciano no se animaba a pedir plata pero también le resultaba imposible llegar caminando a su casa pues quedaba demasiado lejos, pero la suerte o la providencia lo ayudó.
Mientras iba caminando, ve a unos metros que un colectivo frena un poco casi sin parar y la gente comienza a subir como puede y en ese preciso momento siente un brazo que lo empuja y una voz que le dice vamos, vamos, subí.
Así colgado durante un buen trayecto del viaje Luciano logra llegar a su destino, Alguien, no sabía quien, le había dado una mano.
Así y todo debe caminar unas cuantas cuadras para llegar a su hogar. Al divisarla ve gente en la puerta de su casa. De a poco las va distinguiendo, su mamá, el padre, su novia, los vecinos, todos muestran el cansancio de haber pasado la noche despiertos.
Los abrazos y la alegría toman el lugar de la angustia y del dolor.
Entran, Luciano se va a lavar un poco y se cambia de ropa. Llegan sus compañeros de trabajo. El mate reina en la casa de la calle Gorriti, la tele encendida muestra lo  que había ocurrido el día anterior en la Plaza y en una de las escenas aparece la figura de Luciano.
Un aplauso estalla, en el comedor. Las preguntas arrecian y Luciano no tiene respuestas. Solo alcanza a decir…que se yo….estaba allí, vi la represión y no fui mas yo, era otro, corría de un lado para el otro, levante a una madre que la había golpeado un caballo de la montada y cuando ya estaba a salvo con sus compañeras, recibí un golpe de atrás y después no me acuerdo de nada.
Solo la mano de alguien que me dijo subí, vamos.


¿Como que no te acordas?


Hace un par de meses gracias a la Internet, nos volvimos a reencontrar viejos compañeros de la escuela secundaria. Y digo volvimos a reencontrar porque generalizo ya que a algunos los había visto en algunas ocasiones.
La diferencia es que ahora resolvimos encontrarnos una vez por mes para ir a cenar, siempre a un restaurante distinto y si es barato mejor.
Al principio el reencuentro con los que si hacía mucho no veía, calculemos 40 añitos!!!
Una anécdota…Varias pero voy a contar una o dos. Me llama uno de los compañeros que hacia esa cantidad de años que no veía, nos saludamos, nos hicimos algunas bromas y muy serio me pregunta: che como le decimos al cura? Padre? Obispo?
La verdad mucho no le entendía y se lo hice repetir un par de veces hasta que, digamos se ofusco un poco……pero al final entendí lo que le pasaba y que me quería preguntar:
El compañero al que hacia referencia como el cura, era uno muy cercano a la iglesia Católica y por eso le decíamos cura. Era medio raro, iba todos los domingos a Misa. Era muy parco para hablar y casi nunca se reía.
Pero los años pasaron y el supuesto cura se había casado y tenía hijos. O sea no llego nunca a ser cura. Vale la aclaración en estos tiempos tan revueltos como decía Discepolo  ves llorar la Biblia junto al calefón.
La otra anécdota fue mía. Estaba parado en la esquina del restaurante que esta en Rincón y Alsina junto a un compañero, cuando este me dijo allí viene fulano yo la verdad no escuche el nombre.
Lo miro, lo abrazo y lo saludo. Al rato miro hacia Rivadavia para ver si iban llegando los otros y pregunto.: Che el cura vendrá. Una carcajada salió de los labios de los dos, el que yo había abrazado era el famoso cura al que yo había confundido con otro.
Esa primera vez llegaron la mayoría, faltaron pocos a la cita. Pero pronto , comenzaron las disidencias en los recuerdos.
Normalmente uno de mis compañeros y yo éramos habitúes a las llamadas ratas. Otros ni por asomo. Unos jugábamos todos los días a la pelota (no al fútbol) porque es mas divertido, pero a 40 años de distancia los que no se hacían la rata eran rateros de primera, los que no jugaban ni a la bolita eran la máquina de River.
Pero eso no era nada. Comenzamos a relatar hechos ocurridos en los años que compartimos la escuela, la verdad, yo me acordaba nítidamente de algunos casos y otros ni por las tapas y así pasaba conmigo al escuchar otras aventuras estudiantiles. Si bien, si en algunas coincidíamos pero no en todas.
Ahora la pregunta: ¿Se puede cambiar el pasado? ¿Cómo lo cambiamos? ¿Quien lo cambia?
Yo creo que el pasado no lo cambia nadie, es una jugada de nuestra memoria, que retiene determinados momentos de nuestra vida y desecha otros. El colegio era mas grande o ahora se achico?. Seguro estaba en mejores condiciones antes que ahora, en eso coincidimos todos y con mucha pena. Ya no es mas la escuela  Nacional de Comercio  N° 5 Jose de San Martin  hoy es el Municipal N° 5.
Pero quédese tranquilo, no tiene alzheimer. Como dije antes es el funcionamiento de nuestra memoria. Las cosas son como son y fueron como fueron. Ahora mañana y siempre, de acuerdo a cada uno………



un ejemplo

Padre Berisso un ejemplo a seguir