viernes, 30 de marzo de 2012

Sin puntos ni coma el que no entendió se embroma

Son las 13 horas de un día de enero día de semana o sea día hábil como si  tanto los hábiles como los inútiles o sea los sábados domingos y feriados pues no son habiles no pertenezcan a la semana ahora yo me pregunto hábiles para que o es que estará mal dicho o es que yo como soy un nabo no entiendo el castellano pero bueno eso no importa ni yo voy a cambiar a la real academia española ni ella a mi como decía al principio a las 13 hs de un día hábil me tome el tren en Retiro y me fui al Tigre de allí una vez que baje del mismo cruzo las vías y voy hasta la escalera N° 5 me arrimo a la ventanilla correspondiente y saco un pasaje ida y vuelta hasta el muelle los Palcos subo a la lancha de pasajeros esas grandotas de madera con inmensos motores que según decía mi viejo eran de la segunda guerra mundial de a poco todos los asientos se van ocupando o sea quiero decir va subiendo mas gente y ocupan los asientos que quedaban libres al ratito nomás el capitán de la nave toma la maquinita manual expendedora de boletos y va preguntando a cada uno en que muelle bajan mientras el marinero toma el timón y tras breves maniobras pone a la lancha en movimiento Miguel el capitán es un veterano que tenía la particularidad de ser manco pero si uno no lo miraba bien no se daba cuenta siempre bien vestido morocho con canas pinton diríamos ahora que lo pienso que memoria asombrosa la de los capitanes de lancha memorizar los muelles en los que tiene que atracar pues por mas que el marinero lo auxilie dando dos tacazos sobre el piso de la lancha hay que recordar tantos nombres Rogio La Romana Las Hortensias Unión Cortadores El galeón de oro, la Italo Luz y Fuerza Banco Nación Provincia Museo Sarmiento Fatica que se yo y otros tantos que ya no me acuerdo cuando la lancha llega al museo sarmiento me voy parando y cuando pega la vuelta para no entrar en el arroyo espera y seguir por el sarmiento le aviso al marinero que bajo en los palcos de vuelta la ceremonia el marinero que toca un timbre le hace señas a miguel la lancha aminora su marcha y se va acercando al muelle hay poco agua y se dificulta el amarre pero gana la experiencia y sin esperar que atraque pego un salto y ya estoy en el muelle si llega a ser hoy minga que pego un salto y si lo pego saz de cabeza al río comienzo a caminar acomodo mi bolso marinero con las provisiones para pasar el fin de semana al hombro y emprendo el camino la casa de Garayoa luego el cañaveral salen a saludarme los mosquitos se ven que están contentos con mi llegada porque se me tiran todos encima hay amores que matan bueno estos amores pican apresuro el paso salgo del montecito de cañas y veo la casa de mi tío que esta durmiendo la siesta en un reposera  mientras escucha operas a todo lo que da la casa de don Ignacio la de don león la de Julián mientras mi corazón se acelera por la alegría de llegar y la cabeza va dejando detrás ruidos molestos que traigo de la ciudad el rugido del motor de la lancha que me trajo ya casi no se escucha paso por la casa de González y Villaverde la casa de don ángel y por fin llego a la estrella m i c a s a la mejor de todas la mas linda me quedo parado mirándola absorto cuando siento un buenas tardes señor que desea tardo unos segundos en reaccionar y veo delante de mi  a una señora que no era mi vieja la misma mirándome desconfiada vuelve a preguntarme que necesitaba le digo nada estoy mirando esta era mi casa ah me contesta la de al lado era la de don ángel la doña me pregunta que casa y era cierto la casa de don ángel ya no estaba o tal vez esta escondida debajo de los matorrales le pregunté por los demás y no los conocía solo me dijo esta Mari la de enfrente que es mi amiga la de Bombelli le contesto si me dice y ahí caigo en la cuenta cuando yo era chico Mari ya tenia unos años mas que yo sus padres han muerto claro pensé yo deberían tener la edad de los míos al igual que mi tío y don ángel y don león ya no quedaba nada ya no era mi casa ni mi arroyo solo era mío el recuerdo del viento el agua que va y viene los árboles el viejo muelle la picazón de los mosquitos que no me picaban dándome la bienvenida como pensaba sino porque no me conocían ya han pasado cuarenta años y entonces pienso quien era el capitán de la lancha que me trajo y donde saque los boletos si ese puerto no existe tal como estaba ni la estación de tren esta donde estaba la otra ni yo pude haber cruzado ninguna vía?
                                                                                                                                                                                                                                                 Edgardo R Ieraci


miércoles, 28 de marzo de 2012

Una historia que no tiene foto

Un jinete cabalgando a rienda suelta por la soledad de los llanos riojanos, el sol fuerte de las primeras horas de la tarde hace todo más dramático. Ni las lagartijas se animaban a salir de sus cuevas polvorientas.
Pero el montonero solitario seguía firme en su propósito, llevarle a su General la noticia de que las fuerzas porteñas lo andaban rastreando. Así anduvo hasta el atardecer cuando pudo dar con el humilde rancho en el que descansaba en un catre uno de los mas grandes próceres de nuestra patria, el general Ángel V. Peñalosa, el Chacho.
Sin parar la marcha de su pingo, el gaucho salta de su montura y al grito de ¡¡ mi general ya vienen!! cae desmayado de sed y de cansancio pero mas de angustia al ver aproximarse el peor de los finales.
Uno de sus soldados que había caído prisionero no pudo aguantar las torturas recibidas por los esbirros de Sarmiento y Mitre  había delatado a su jefe.
Ya la civilización le iba ganando la batalla a la barbarie, los últimos gauchos de la resistencia estaban siendo exterminados, todo esta dispuesto para la entrega de la Patria en nombre del adelanto, de las nuevas generaciones y de su majestad británica.
La Rioja y Catamarca eran los últimos bastiones de la resistencia, Peñalosa y Varela, los mismos que pelearon al lado de Urquiza contra Rosas hoy al verse traicionados por su comandante levantan las banderas de la Federación que el entrerriano había bajado.
Ciriaco, uno de los lugartenientes del Chacho estaba lejos de Olta en esos momentos pero las noticias vuelan, el hombre toma su caballo y su chuza y sale al galope, atrás de el se van sumando sus vecinos y compañeros de armas.
No hace falta que diga nada ni que llame a nadie. Todos saben que algo pasa y salen del poblado en montón, solo quedan las mujeres y los chicos. El jefe los necesita y rápido.
Así pasa en todos alrededores, de cada paraje salen grupos de hombres armados con palos chuzas y lanzas, poncho y vincha colorada.
Mientras tanto en Olta se desarrolla la tragedia, el Chacho ya desarmado se encuentra a merced de sus enemigos, el sargento a cargo le asegura la vida pero una polvareda denuncia a un pelotón que se acerca, es el mayor Irrazabal que gritando... donde se haya el bandido del Chacho, desmonta y toma una lanza, el Chacho se le planta en frente y contesta yo soy el Chacho y no soy ningún bandido soy general de la Patria.
La lanza  lo atraviesa de lado a lado. Herido de muerte el chacho cae, su mujer y su hija se arrodillan y lloran, el comandante manda que lo degüellen y que la cabeza sea puesta en una pica y exhibirla.
Para así decirle al pueblo, el chacho murió, nosotros lo matamos, nosotros somos los vencedores y Uds. los vencidos. Sarmiento y Mitre saludan al asesino. La mujer del Chacho es encadenada y llevada a la provincia de San Juan. Los porteños festejan.
Seguramente el Diario La Nación Argentina que hoy lo conocemos como el diario La Nación habrá publicado en primera plana, fue muerto el criminal del chacho Peñalosa. La paz reina en la Argentina
Pero no va a ser tan fácil, aún quedan caudillos, aún queda Varela…….y sus banderas que dicen Viva a La Unión Americana.
Queda Ciriaco y queda y queda y queda y va a seguir quedando y no se les va a ser fácil.
Una canción dice: ¿Los últimos gauchos hacia donde irán?, van flotando al aire sus largas melenas, rotas las espuelas roto el chiripa, se van silenciosos, ni una triste queja ni un triste campero quisieron cantar, los últimos gauchos los leones vencidos…….

Nota del autor: A esta historia querido lector le falta una foto, porque no existe un escultura que resalte la figura del gaucho de las guerras de la independencia. NO

Edgardo R Ieraci

martes, 6 de marzo de 2012

El maniqui del vestido rosa

Según cuenta la leyenda en una hermosa casona de San Telmo, vivía una familia muy adinerada, perteneciente a la clase social que en la época de la fiebre amarilla, para escapar de las garras de la muerte huyeron hacia el norte, en lo que hoy es V. López, Olivos, San Isidro.
Rosita de los milagros Álvarez Ochoa era la hija menor de un prolífico matrimonio que tuvo  8 hijos de los cuales solo dos eran varones.
La madre falleció durante el parto de su hija Rosa. Don Juan, su padre ya no volvió a casarse y como se acostumbraba en esos años, el padre decidía la suerte matrimonial o laboral de sus hijos.
Por esto uno de los hijos varones heredo el negocio de su padre y el otro estudió de abogado.
La hijas también como de costumbre fueron aleccionadas para ser esposas y madres salvo Rosa de los Milagros.
El destino marcado por su padre fue el de su inclusión como monja de clausura en las carmelitas descalzas. Tal vez como un sórdido reproche por la muerte de su esposa o simplemente para que esta tuviera a alguien que desde mas cerca rezara a Dios por su eterno descanso.
Pero aunque obediente, Rosa se enamoró perdidamente de un payador que luego de verla en Misa de once y seguirla a sigilosa distancia ya que iba a acompañada por su negra sirvienta, vio donde vivía.
Una noche de luna llena el payador llego hasta su casa y frente a la ventana de su amor y aún sin saber su nombre le dedico las más hermosas de sus estrofas. Rosita, que primero quedó sorprendida y asustada, abrió su corazón y se enamoró perdidamente del payador.
Corría el año 1853, ya había caído Don Juan Manuel y el payador antiguo soldado del Brigadier General, cayo en desgracia.
Don Juan, padre de Rosa, escucho también el canto del gaucho y montó en cólera. Sin perder tiempo apresuró el ingreso de su hija al convento y denunció a Nicanor, el payador mazorquero.
Las autoridades, lo prendieron en su rancho en las orillas de la ciudad allá por Barracas al sur y lo llevaron preso para después fusilarlo. Rosa, a través de Manuela, la sirvienta se entera del hecho y al no poder soportarlo se quita la vida.
Esto causa el derrumbe de la familia, Don Juan, fallece dos años mas tarde y como dijimos al principio con la llegada de la epidemia de fiebre amarilla la casona queda deshabitada.
A finales del siglo XX la casona es restaurada y convertida en galería de arte y venta de antigüedades pero según rumores, un maniquí  con vestido rosa, todas las noches de luna llena aparece misteriosamente junto a la venta en la que el payador cantara su canción a Rosa de los Milagros.
A este ya de por si misterio le podemos agregar el siguiente interrogante, ¿ porque el maniqui usa un vestido de la década de 1920 o 1930 en lugar de un vestido de su época?.
Como dijera la famosa frase de una conocida serie del los 60 :.Hay ocho millones de historias en la ciudad desnuda y ésta ha sido una de ellas .
                                                                                                                                  Edgardo R Ieraci

Don Pedrin

Don Pedrin era un personaje del barrio de la Boca, se lo representa vestido como jugador de fútbol por supuesto con la camiseta de Boca Juniors y una pizza en la mano. El típico bigote italiano y un sombrero alpino.
Don Pedrin (diminutivo de Pedro) del cual no se sabe si era el apellido o el nombre y si era el nombre no se sabe el apellido ni su lugar de nacimiento salvo que era Italiano. Pudo haber sido genoves pues la mayoría de los inmigrantes que llegaron a la boca del riachuelo eran precisamente de Génova, de allí el apelativo de xeneises al club de la mitad más uno.
Pero yo, en forma particular me inclino por la posibilidad de que haya nacido en Nápoles.
Según trascendidos habría llegado en la década del treinta, época mala si las hubo. Los conventillos llenos de distintos dialectos provenientes desde los más lejanos rincones de la tierra, alguno que otro provinciano(los menos) y los porteños.
Por supuesto estos últimos y como de costumbre, eran los gastadores de los pobres gringos.Alberto Vaccarezza los retrató en varios sainetes. Don Pedrin, no fue la excepción pero como buen italiano de a poco se fue ganando la simpatía del barrio. El hablar de cocoliche, palabras mezcladas del dialecto y de un mal español lo hacia entrador. Así conquistó el corazón de una gallega, como le decimos comúnmente a todos los hijos de la madre patria y como de costumbre le pifiamos, era una andaluza.
 Pedrin, comenzó a buscar trabajo pero lo único que encontraba eran ollas populares  y allí fue cuando se le ocurrió ponerse a cocinar pizzas.
De a poco la pizza de Don Pedrin se fue haciendo popular y mas los días domingo en los que Boca jugaba como local. La famosa pizza de cancha, las porciones de faina. Según cuentan algunos hasta el mismo Quinquela era un asiduo concurrente a su puesto ambulante.
Un buen día Don Pedrin desapareció del barrio y con el su famosa pizza. Pero en su lugar apareció la leyenda, se convirtió en símbolo del club Boca Juniors, emblema del barrio, pizzerías que habrían sus puertas y vendían la famosa pizza de cancha y por ultimo Pedrin trascendió las fronteras y ya esta en otros barrios, incluso en San Telmo.
Ahora queda planteada la duda Don Pedrin, ¿existió o no existió? Algunos dicen que si y hasta nombran a la calle Brandsen frente a la cancha como lugar de referencia de su puesto de venta y como cantaba Edmundo Rivero, Yo viví en un conventillo de la calle Olavarria.

                                                                                                                                     Edgardo R Ieraci